Barracas es un barrio de contrastes. En él conviven los vestigios de una arquitectura industrial otrora floreciente, las antiguas casas de impronta neoclásica de comienzos del siglo XX, los restos de viejos inquilinatos, los rasgos ferroviarios y hasta resisten algunas casonas de la segunda mitad del siglo XIX. Comparten geográficamente el mismo barrio la villa 21 y el eje comercial y de vivienda en altura de categoría de las avenidas Montes de Oca y Martín García.
Como todos los barrios de la zona sur de la ciudad, ha sufrido postergaciones y descuidos durante décadas, lo cual de la mano de las sucesivas crisis económicas fue llevando a buena parte de su valiosa arquitectura popular e industrial a un franco proceso de degradación y decadencia.
Sin embargo, algo ha comenzado a moverse en torno a Barracas en los últimos tiempos. Su vecino San Telmo ha enfatizado su carácter de punto turístico clave irradiando los límites de su actividad a las áreas próximas al tradicional eje de la calle Defensa y en esa expansión también se ha desplazado hacia el Parque Lezama. Por otro lado, Puerto Madero ha crecido hacia el Sur y se anuncian megaproyectos en la zona del Dique 1 para los próximos años.
Súbitamente los desarrolladores inmobiliarios descubren Barracas o mejor dicho, una parte de Barracas. La que cuenta con más estructura comercial, la que tiene los mejores accesos y egresos, la que se conecta con San Telmo, Puerto Madero y el Centro. También descubren que hasta hace no muchos años funcionaban en ese radio fábricas como Bagley, Canale, Aguila Saint y Cruz de Malta y para diferenciarlo lo bautizan como “Barracas Dulce”; llegando algunos a pronosticar un fenómeno de expansión similar al de ciertas zonas de Palermo.
En este camino en apariencia auspicioso se van perdiendo piezas irrecuperables de la arquitectura popular de la ciudad de los últimos 120 años, se quiebran los perfiles edilicios que otorgan identidad a un barrio fundacional, se afecta la calidad de vida de sus vecinos que presencian impotentes cómo sus casas tienen menos horas de luz solar y su antigua infraestructura se ve sobreexigida a riesgo de colapso.
En el mapa vemos la zona más afectada.
Más allá de lo aventurado de ciertos pronósticos o de sus fines publicitarios, lo real es que el proceso que se está llevando cabo en el área se hace evidente al recorrerla. Y si bien es incipiente, es veloz en su marcha: en las 20 manzanas que delimitan las avenidas Martín García, Hornos, Caseros y la calle Bolívar se han finalizado ya cuatro edificios en altura; otros cuatro se encuentran en plena obra y siete más se anuncian para iniciarse en los próximos meses. Sin excepción, en los terrenos donde se ubican todos estos edificios se han demolido casas de diverso valor y características. A su vez, muchas otras casas antiguas se encuentran a la venta en block lo cual hace predecir un destino similar.
Este fenómeno viene facilitado por varios factores entre los cuales podemos resaltar:
- La zonificación de las calles interiores (fuera de las avenidas que pertenecen a distritos C2 y C3I) está establecida como R2aII, lo cual posibilita el aumento sustancial del F.O.T. (goza además del 25% adicional por pertenecer a la zona Sur) y la altura máxima permitida que supera en varios casos los 30 mts., posibilitada también por el ancho generoso de ciertas calles. Por otra parte, rigen las normas y premios convencionales para planta baja libre, enrases, unificación de parcelas, etc.
- La franja comprendida entre las avenidas Montes de Oca y Hornos está zonificada como C2, propiciando la demolición de gran cantidad de casas de interés patrimonial en las calles transversales como ya puede verificarse en Ituzaingó, Uspallata o Brandsen y amenaza con extenderse a otras cuadras en similares condiciones.
- La baja densidad habitacional del área, mayormente ocupada por viviendas de planta baja y dos pisos como promedio.
- Gran cantidad de viviendas de fines del siglo XIX y principios del siglo XX en muy mal estado de conservación y/o abandono, usurpadas, etc. Eso posibilita su rápida venta en block y demolición total.
- El aumento del valor del metro cuadrado de la tierra en la zona propiciado por las campañas efectuadas por inmobiliarias y algunos medios de comunicación en razón de un supuesto “boom” edilicio, estimulado también por la referida cercanía con la expansión de Puerto Madero y San Telmo. De ese modo, es antieconómico adquirir una propiedad si no es con el fin de construir un edificio en altura, no siendo rentables como inversión los reciclajes y puestas en valor.
En el plano que se muestra a continuación se aprecian las diferentes situaciones: las casas de interés patrimonial ya demolidas, las que van en camino de serlo, las que corren riesgo e incluso las que no podían ser consideradas valiosas arquitectónicamente pero que al ser reemplazadas por edificios en altura quiebran el perfil edilicio de las cuadras donde se implantan y afectan sensiblemente su entorno.
Resulta muy preocupante -sobre todo- su inmediatez con el Area de Protección Histórica Nº1 recientemente ampliada a las manzanas que circundan el Parque Lezama. De continuar este proceso, dicha Área quedaría literalmente cercada por edificios en altura con todos los riesgos patrimoniales que ello implica en lugar de configurarse como una zona de transición entre ésta y el resto de la ciudad. (pulse sobre el mapa para ampliar)
Algunos ejemplos consignados en el mapa:
Ejemplos de casas ya demolidas:
----------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo de casa de demolición inminente:
----------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo de casas en riesgo de demolición:
----------------------------------------------------------------------------------------------Algunos ejemplos del veloz proceso de cambio de fisonomía que está en marcha:
Como puede apreciarse en los datos consignados, la tendencia que ya se percibía desde el año 2005 se ha acelerado en los últimos seis u ocho meses y muestra señales preocupantes de continuar a ritmo sostenido.
Se hace evidente la necesidad de una acción regulatoria y limitatoria desde los organismos gubernamentales y legislativos competentes en la materia a fin de evitar la construcción indiscriminada y circunscribirla a las áreas adecuadas, preservando los perfiles edilicios característicos del área.
Puede aconsejarse a priori la rezonificación del polígono relevado desafectándolo al distrito R2aII y colocándolo en el marco de al menos- distritos R2b. Asimismo, limitar la zona C2 a las parcelas frentistas de Av. Montes de Oca y Av. Hornos desalentando los edificios en altura en las calles transversales.
A la vez podría proponerse el radio como “zona de amortiguación” entre el Área de Protección Histórica Nº1 y el resto de la ciudad la cual actuaría como transición evitando la irrupción violenta de torres y edificios en altura en contacto directo con construcciones históricas. O sencillamente incorporarse al APH1, habida cuenta de la cantidad de grupos edilicios de interés patrimonial que existen en ese radio.
Están en situación de riesgo parte de la historia de la Ciudad; la identidad de uno de sus barrios más antiguos; la calidad de vida de numerosos vecinos que en él viven.
Mucho del patrimonio tangible e intangible de Barracas corre peligro de desaparición y a pesar de haberse perdido ya bastante, es posible todavía rescatar lo que aún permanece.
La presión de inmobiliarias y desarrolladores para que el proceso continúe avanzando es grande porque grande es el negocio. Es nuestra tarea como vecinos expresarnos y gestionar ante nuestros representantes para que actúen en defensa del interés comunitario.
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