LEY 3954 - REZONIFICACION DE BARRACAS

En la sesión del 13.10.11 la Legislatura aprobó por unanimidad la Ley 3954 que limita las alturas de la nuevas obras en cuadras de casas bajas preservando las construcciones históricas del barrio.
Un trabajo conjunto de vecinos y legisladores desarrollado a lo largo de cuatro años que rinde sus frutos para Barracas y la Ciudad.

¡GRACIAS A LOS 5000 VECINOS QUE LO APOYARON CON SUS FIRMAS!

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domingo, 29 de junio de 2008

MAS QUE MIL PALABRAS

En el artículo anterior hacíamos referencia a la importante cantidad de edificios protegidos con la que cuenta el barrio de Barracas, lo cual evidencia el peso de su participación en el acervo del patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Así, hemos recibido algunos comentarios y consultas de vecinos interesados en proponer sus casas como edificios catalogados y la eventual obtención de subsidios para efectuar reparaciones y puestas en valor de ellas, etc.

En ese sentido, tenemos un caso muy cercano y digno de destacar por la importancia histórica del edificio de que se trata, pero también por el rol decisivo que han tenido y tienen sus propios habitantes en su revalorización. Hablamos del edificio hoy conocido con el nombre de Juan B. Justo, ubicado en Martín García 473 esq. Bolívar, a una cuadra del Parque Lezama.



Se trata de una pieza de corte racionalista inaugurada en 1913 y cuya historia comienza en 1910, cuando la Cooperativa El Hogar Obrero comenzó a ensayar un sistema de viviendas colectivas. Con ese fin adquirió el predio con frente a las dos calles donde se construyó el actual edificio de cinco pisos que alberga treinta y dos departamentos. Los trabajos fueron encomendados a la Sociedad Anónima Cooperativa Limitada de Artes y Oficios, la cual –además de ofrecer precios más bajos gracias a su estructura cooperativa- otorgaba a sus trabajadores ventajosas condiciones de horarios, salario y hasta seguro contra accidentes de trabajo, algo poco común en la época.

En el mismo predio funcionó también el primer esbozo de la Sociedad Luz, la universidad popular y biblioteca emblema del socialismo en Argentina fundada por Juan B. Justo, Alicia Moreau, Alfredo Palacios y Nicolás Repetto y que luego fuera materializada definitivamente en su actual ubicación de Suárez 1301, también en Barracas.

Marisabel, una de las vecinas del edificio nos cuenta:

“El 19 de noviembre del 2005 mi hija y yo nos mudamos al edificio Juan B. Justo, a un departamento situado en el último piso con vista a la calle Bolívar.

Luego de hablar con varios vecinos y con la gente del Consejo de Administración nos enteramos de que hacia tiempo estaban tratando de conseguir un ”préstamo especial” del GCBA para refaccionar el frente. Empezamos a averiguar y nos encontramos con que el GCBA otorgaba subsidios para los edificios con valor histórico y ayudaba a su puesta en valor.”

Ella y sus vecinos recopilaron y reunieron material histórico, lo presentaron al GCBA y luego de un peritaje lograron que el edificio obtuviera protección cautelar en primera instancia y finalmente estructural.



Gracias al esfuerzo conjunto de todos los copropietarios está siendo puesto en valor el interior del edificio y ya han refaccionado el hall de entrada reponiendo las placas de bronce originales en honor a Justo y Repetto. Actualmente se encuentran gestionando el subsidio destinado a recuperar el exterior del edificio para que vuelva a tener la importancia para la que fue concebido y poner en evidencia el gran valor patrimonial que posee.

Marisabel se entusiasma:

“Este es el objetivo del Consejo de Administración, que ha puesto y pone sus esfuerzos para llegar a esa meta con el apoyo de todos los vecinos. Es nuestro sueño poder reinaugurarlo con una fiesta cívica en homenaje a los señores Alicia Moreau de Justo, Juan B. Justo, Alfredo Palacios y Nicolás Repetto.”

Las crónicas cuentan que en el discurso inaugural –el 9 de julio de 1913- Justo resaltó el espíritu que había inspirado la construcción, refiriéndose a las virtudes del ahorro cuando es conducido por y para el pueblo y a la autonomía con que éste puede manejar sus propios intereses colectivos.

Con ese mismo espíritu estos vecinos se ocupan de su propia casa, pero a la vez le están devolviendo a Barracas y a la ciudad un edificio de enorme importancia histórica. Un ejemplo de coherencia, compromiso, solidaridad y responsabilidad social del cual sus fundadores estarían orgullosos.

martes, 24 de junio de 2008

LOS TESOROS COTIDIANOS

Hay edificios que son emblemas. Todos podemos asociar rápidamente a Buenos Aires con el Obelisco, el Palacio del Congreso, la Casa de Gobierno, el Teatro Colón y tantos otros hitos urbanos que contribuyen a otorgar a la ciudad su identidad tan particular. Del mismo modo, en cada barrio encontramos edificios entrañables que inmediatamente ligamos a él en nuestra memoria individual y colectiva.

En tal sentido, no podemos pensar en Barracas sin que vengan a nuestra mente Santa Felicitas, Santa Lucía, Canale, Bagley, la estación Yrigoyen, la basílica del Sagrado Corazón y varios más.

La mayoría de estas construcciones emblemáticas cuentan con una protección especial que las preserva de demoliciones o intervenciones que pudieran afectar su carácter otorgada por la ley 449 -el Código de Planeamiento Urbano- incorporándolos a su Catálogo. Se dice, entonces, que a partir del momento en que ese edificio pasa a contar con dicha protección se encuentra “catalogado”.

Existen tres niveles de protección:

Integral: edificios de interés especial con valor de orden histórico y/o arquitectónico.
Estructural: edificios de carácter singular y tipológico que caracterizan su entorno o califican un espacio urbano o son testimonio de la memoria de la comunidad.
Cautelar: dificios cuyo valor reconocido es el de constituir la referencia formal y cultural del área, justificar y dar sentido al conjunto.


Cada nivel de protección acepta distintos grados de intervención. A mayor valor patrimonial de la obra, menor es el nivel de intervención admisible. Esto es, ciertos edificios no admiten intervención alguna más allá de la restauración o reposición de sus piezas originales mientras que otros contemplan modificaciones siempre que se respete su volumetría e impronta originales, pero en ningún caso pueden demolerse.

El Catálogo está en permanente modificación, sumándose edificios a partir de la iniciativa de legisladores, asociaciones profesionales, ONGs, o vecinos particulares que pueden proponer nuevos casos para obtener su preservación, constituyendo una herramienta fundamental a la hora de proteger el patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Como decíamos antes, las edificaciones emblemáticas del barrio están incluidas en el Catálogo y todos conocemos su importancia. Sin embargo, hay una enorme mayoría de construcciones protegidas que al no ser “monumentales” pueden pasarnos desapercibidas si no nos informamos debidamente. En Barracas contamos con más de 100 casos; alrededor de 80 ya estaban incluidos desde hace tiempo y a partir de la reciente ley que amplió el APH1 se incorporaron unos 50 más.


Así puede suceder que pasemos a diario frente a estos pequeños tesoros sin notarlos, ya sea porque no siempre son “espectaculares” o simplemente porque ya nos acostumbramos a verlos. A modo de ejemplo podemos citar las cuatro cuadras de Montes de Oca entre Caseros y Martín García: en ellas encontramos nada menos que nueve edificios protegidos: el pabellón Jockey Club del Hospital Elizalde, la residencia Cambaceres (hoy Escuela República del Líbano), la residencia Díaz Vélez (hoy Fundación Vitra), la Clínica Naveira (obra del arq. Palanti), la casa de estilo Tudor de Montes de Oca 174/178 (obra del arq. Bengolea Cárdenas), el Pasaje Europa (Montes de Oca 253 de los arqs. Gilbert y Gantner), el hotel de Montes de Oca 250, la escuela de Montes de Oca 439 y por supuesto la iglesia de Santa Lucía.


Por su parte, en las cuatro cuadras de Bolívar entre Caseros y Martín García encontramos treinta y tres edificios catalogados -en su mayoría viviendas- mientras que en las dos cuadras de Caseros entre Defensa y Perú existen dieciocho.



También encontramos en la lista de protegidos al bar El Progreso, al Barrio Monseñor Espinosa, a las estaciones Sola e Yrigoyen, al edificio de la Sociedad Luz, a la logia Hijos del Trabajo, a la Casa del Pueblo, el Pasaje Lanín y muchos más.




Para ver el listado completo de edificios catalogados de Barracas pulse aquí


A menudo basta con levantar la vista en nuestro recorrido diario para redescubrir las joyas que tenemos a pocos pasos de nuestras casas, otras veces necesitamos saberlo de antemano e ir en su búsqueda y sin duda todos nosotros conocemos varios casos que merecen ser protegidos y aún no lo están.

En la coyuntura actual de Barracas, donde a quienes hacen el negocio solamente les interesa el valor del metro cuadrado y la ecuación económica sin importar lo que se destruye, los garantes de la identidad del barrio y sus emblemas arquitectónicos somos los vecinos. Estemos alertas cuando una casa antigua se pone a la venta, cuidemos que no se demuelan clandestinamente las casas protegidas por ley, propongamos e impulsemos nuevas catalogaciones de aquellas que aún no cuentan con protección. Registremos, tomemos fotos, informémonos, denunciemos y peticionemos a nuestros representantes.

Muchas de las casas perdidas que hemos mostrado en este blog estarían hoy en pie si su catalogación hubiera llegado a tiempo.

Links de interés:

* Procedimiento para la protección de edificios de valor patrimonial

* Dirección General de Interpretación Urbanística (G.C.B.A.)