CONJUNCION

En el último año ha habido importantes novedades en cuanto a la preservación del patrimonio arquitectónico de la Ciudad; se han multiplicado las iniciativas vecinales, se han catalogado muchos edificios valiosos, rezonificado algunas áreas y aprobado la ley 3056 que protege a cualquier construcción anterior a 1941. 

En sentido inverso, han continuado el lobby de las corporaciones, y entidades profesionales, el "desinterés" de algunos funcionarios, la lentitud e ineficacia (o complicidad?) de las inspecciones que debe realizar el Gobierno de la Ciudad en cuanto a la legalidad de lo que se demuele y por último  los propietarios que, para sortear las restricciones, demuelen desde adentro hacia afuera para eliminar todo valor histórico a sus inmuebles y así obtener luego el permiso formal.

Por eso, cuando se conjugan la desinteresada participación vecinal y la celeridad de los inspectores frente a un caso de demolición ilegal, no es cosa menor.

Hablamos puntualmente del edificio fabril ubicado en Perú 1646, en medio de una cuadra de Barracas que contiene varias construcciones de época. 

Pues bien, la semana pasada una pareja de vecinos nos alertó por correo electrónico sobre lo que estaba ocurriendo enviándonos fotografías y datos. 

Sin perder tiempo, hicieron simultáneamente la denuncia correspondiente y a la vez se comunicaban con el defensor adjunto de la Ciudad especializado en temas de patrimonio arquitectónico, Gerardo Gómez Coronado, quien inmediatamente solicitó inspección de la obra.

Inusualmente veloces, los inspectores de la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (DGFOC) concurrieron en 24 horas y constataron lo siguiente:

- No existía permiso otorgado para realizar la demolición,

- No había, por tanto, un profesional responsable,

- El edificio es anterior a 1941 y no había pasado por el trámite del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales,

- El edificio está ubicado dentro de los límites del Area de Protección Histórica Nº1 según su ampliación de mayo de 2008.

Es decir, triple contravención que terminó en la inmediata clausura de la obra aunque en cuanto los inspectores se retiraron quienes estaban en el lugar quitaron la faja y continuaron con la demolición. 

Los vecinos volvieron a denunciar y a obra debió ser clausurada nuevamente, esta vez con presencia de la policía.

En principio, el bien quedó inhibido y, según se informa, el CGBA hará la denuncia penal contra el propietario. Además, solamente se podrá construir el 70% de lo demolido por tratarse de un Area de Protección Histórica.

Este es un claro ejemplo de la importancia que tiene el rol de los vecinos en el cuidado de nuestro patrimonio y más aún cuando existe honestidad y compromiso en quien recibe la denuncia.

Sin lugar a dudas, una conjunción alentadora.  

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