Si bien no es novedad puesto que se viene intentando su
demolición desde 2009, el caso suma un
dato inédito:
-
El 16 de noviembre de 2010, el Consejo Asesor de
Asuntos Patrimoniales (CAAP) recomendó la catalogación cautelar del inmueble en
virtud de su valor histórico y arquitectónico.
- En febrero de 2011 los propietarios
interpusieron un “pedido de reconsideración” ante el CAAP, aludiendo que el
edificio se hallaba en ruinas. Cabe señalar que hasta pocos meses antes estaba
en buen estado, como demuestran las fotos publicadas. En aquella oportunidad,
el CAAP ratificó la protección y el inmueble pasó a integrar el Catálogo
Preventivo como indica en su nota del 22 de febrero.
Ahora, a casi dos años de aquella decisión, se habría
presentado un pedido de “reconsideración de la reconsideración” intentando que
se le quite la protección al edificio, llamativamente en coincidencia con la apertura
de ventanas y rotura de vidrios.
En su nota del 18 de diciembre de 2012 el CAAP ratifica por segunda vez que el edificio debe ser catalogado, en una votación dividida ya que los representantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA y del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo firmaron “en disidencia”. Es decir, por la desestimación (y consiguiente demolición).
Hasta donde sabemos, no es frecuente que se insista dos
veces sobre una decisión del CAAP en cuanto a una catalogación pero su admisión
demuestra la fragilidad de las protecciones preventivas con la que cuentan
centenares de edificios valiosos de la ciudad.
En este caso la historia, los antecedentes, el informe
técnico elaborado por el Ministerio de Cultura y los datos aportados por la
Junta de Estudios Históricos de Barracas junto a testimonios de vecinos pudieron
más que los deseos de demolerlo, pero es cuestión de tiempo para que el
edificio así expuesto se deteriore al punto de que no pueda salvarse.
Esa
parece ser la intención.----------
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